viernes, 16 de enero de 2009

Las campanas de guanajuato

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El esatdado de guanajuato es un tesoro histórico, por esa razón el Pan intenta "guanajuatizar" el país. En esta joya del tradicionalismo retrogrado se acaba de modificar el Bando de Policía y Buen Gobierno, de manera que lo que es perfectamente legítimo en privado, no se vale en público.

La decisión (tomada en la esfera pública, por unos cuantos privados) me remitió a la trama de Cinema Paradisio. Ganadora del Oscar en 1989 como la mejor película en lengua extranjera. Con una versión "update" de 2002, con 51 minutos adicionales, Cinema Paradisio inició una nueva revelación del cine italiano.



Una de las figuras centrales de la película de Giuseppe Tornatore, es el cura censor de un pequeño pueblo del sur de Italia, que exigía ver las cintas a proyectarse en el único cine local. Antes que "algo inapropiado pudiera ser visto en la pantalla" por los "adultos menores" de la pintoresca villa, el reverendo ministro, sentado en las butacas del cine completamente solo disfrutaba de una premier exclusiva, donde sonaba una campana para señalar las escenas que debían salir de la proyección. A cada señal del sacerdote, Alfredo, el cácaro, marcaba con un papel el carrete del rollo para más tarde, realizar el corte.

Las consecuencias de la censura, se revelan en la escena final. Una colección de besos que gracias a ésta, juntos, editados en una sola secuencia, las situaciones en que ocurren los besos son mucho más poderosas para revelar la enorme pobreza que es "prohibir el amor" por motivos religiosos, cuando es justamente éste la razón y el motor de su discurso.




La escena final de la extraordinaria Cinema Paradisio, con más de dos docenas de besos censurados por un cura viejo (que él si tuvo oportunidad de verlos con ojos "críticos e inmaculados"). Para celebrar la guanajuatización de México, próximos a las elecciones federales intermedias de este 2009, les dejo la secuencia y la música de enio morriconi, que tiene el mismo nivel de la fotografía... y Neruda como colofón.

MORENA, LA BESADORA
de Pablo Neruda

Cabellera rubia, suelta,
corriendo como un estero,
cabellera.

Uñas duras y doradas,
flores curvas y sensuales,
uñas duras y dorada.

Comba del vientre, escondida,
y abierta como un fruta
o una herida.

Dulce rodilla desnuda
apretada en mis rodillas,
dulce rodilla desnuda.

Enredadera de pelo
entre la oferta redonda
de los senos.

Huella que dura en el lecho,
huella dormida en el alma,
palabras locas.

Perdidas palabras locas:
rematarán mis canciones,
se morirán nuestras bocas.

Morena, la Besadora,
rosal de todas las rosas
en una hora.

Besadora dulce y rubia,
me iré,
te irás, Besadora.

Pero aún tengo la aurora
enredada en casa sien.

Bésame, por eso, ahora,
bésame, Besadora,
ahora y en la hora
de nuestra muerte.

Amén.

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